Los cálculos urinarios pueden ser expulsados con la orina cuando son muy pequeños, generalmente si son menores de 6mm. Algunos medicamentos mejoran las posibilidades de expulsarlos, por ejemplo, la tamsulosina.
Sin embargo, puede necesitarse cirugía para extraer un cálculo del uréter o el riñón si no se expulsa espontáneamente, si el dolor es intenso o si el cálculo está afectando la función del riñón. El ureteroscopio permite al urólogo ver el cálculo por dentro del uréter o riñón sin necesidad de una incisión (herida). La piedra puede fragmentarse, pulverizarse o extraerse por las vías urinarias usando energía láser, neumática o canastillas.